12.8.21

Cinco compras que hice

1.

Una tarde tuve mucho frío y decidí que necesitaba un gorro nuevo. Algo que debería ser sencillo para mí no lo es tanto: hay algo o con el tamaño de mi cabeza o con el volumen de mi pelo, no sé, pero por lo general ese tipo de accesorios me quedan chicos. A veces le comento esto a alguna amiga, que me mira extrañada, primero a mí, después mi cabeza, “puede ser”, me dijo una vez. Entonces esa tarde salí de casa y encaré para Av. Corrientes, se estaba haciendo de noche, de verdad hacía mucho frío. Después de pavear por un par de locales encontré finalmente el que buscaba: Todo Moda. El local ocupa la esquina entera, es grande, brillante, me succiona para adentro. Los colores pastel son los dominantes, todo tiene glitter o brillitos o una textura metalizada, recorro casa estante, cada rincón, toco y huelo todo. Me llevo: dos bufandas gigantes, una rosa y camel y la otra cuadrillé en blanco, negro y fucsia; un cuaderno tamaño A4, la tapa es amarilla, lila y naranja, me estoy quedando sin cuadernos así que me viene bien; una especie de cajita que adentro tiene todo tipo de postit: unos cuadraditos lisos, otros largos y cuadriculados, uno que dice cosas importantes, “para el home office”, pienso; un coso de silicona violeta que más tarde me entero que se llama “pop it”, es un juego infantil con bolitas que podés hundir, pero también algo que usamos los más grandulones para la ansiedad, capaz me sirve para no comerme las uñas, ni idea. Todos los gorros tienen pompones, no me llevo ninguno

2.

Al día siguiente de esguinzarme me compré en Mercado Libre unas cosas para hacer gimnasia que vengo necesitando hace bastante: una colchoneta y dos mancuernas de 1kg. Hasta ahora usaba el mat de yoga y unas botellas de agua de plástico, pero no es lo mismo. El traumatólogo me dijo que todo lo que fuera de la cintura para arriba está ok, así que me pareció una compra adecuada. Cuando Emiliano se enteró, me pidió que sume dos pesas de 2kg y un coso de digitación para la tendinitis de los guitarristas. El envío fue gratis y llegó ese mismo día, no lo podía creer.

3.

Se le habían acabado las piedras a mi gata, y tras el éxito de las cosas de gimnasia, probé comprarlas por Mercado Libre. Le suelo comprar unas medio caras pero muy efectivas, son de sílice, un material que me encanta, es transparente, brillante, parecen piedras preciosas. Además aguantan bien los olores y duran bastante, esto es importante porque ni a mí ni a mi gata nos gusta ese tipo de suciedad. Si un día me cuelgo con limpiarle la caja, ella se sienta justo enfrente en un juego en el cual mira la caja, después me mira a mí, después mira de nuevo la caja y así. Como el envío también era gratis si llegabas a un determinado monto, le compré cuatro bolsas, un peluche y un guante para sacarle los pelos. El peluche resultó ser ínfimo, en la foto se veía mucho más grande, y el guante creo que es más bien para perros, pero no importa, le supimos dar uso.

4.

Las semanas que estuve esguinzada me hicieron darme cuenta que necesitaba más ropa cómoda y abrigada para estar en casa. Así que el primer día sin bota, caminé hasta el Spaceball más cercano y me compré: un jogging negro, frisado, super calentito; una remera “térmica”, mismo color, no parece muy térmica en serio, pero al tacto era suave y estaba a buen precio. Y ya que estaba ahí elegí a ojo un jogging, también negro, para Emiliano, tiene dos que están rotos y gastados, él dice que con esos se arregla, yo creo que no deben abrigar nada. Ya en casa, nos probamos todo y los talles fueron los correctos, Emi se puso feliz y ahora es el único pantalón que usa, lo lava, lo seca, y lo vuelve a usar.

5.

Otra de las cosas que hice ni bien se me curó el esguince fue ir a Farmacity. Necesitaba un par de cosas de farmacia y la idea de ir ahí me emocionó. Lo primero que busqué fue un par de cepillos de dientes y una pasta, en casa usamos Odol. Una amiga me enseñó que la clave para cambiar los cepillos en fecha es hacerlo justo cuando hay cambios de estación, que es imposible confundirse. El truco me sirvió un par de años pero este no sé qué pasó, me olvidé, así que fui observando en el tiempo el desgaste de las cerdas hasta que decidí que listo, que hasta acá. En la góndola miro todos los cepillos, hay unos negros que me llaman la atención, también uno marca Farmacity de “silicona”, trato de pensar si la silicona es mejor, si trae algún beneficio, es más higiénico o dura más, pero la verdad no tengo idea. Agarro el mismo que llevo siempre, el GUM, mismos tamaños y mismos colores. Después fui a buscar las afeitadoras, justo en ese momento una amiga me mandó un audio así que aproveché y le pregunté cuál me recomendaba, hacía mucho no me compraba una. Mi amiga es actriz y mamá y la siento una fuente de sabiduría total, creo que siempre sabe qué marcas son buenas, qué remedio tomar cuando te duele algo o cuánto tiempo dura la comida en la heladera. Me mandó enseguida una foto de la que ella usa y me dijo “son bárbaras, llevate dos”, y así hice. Le pregunté después cuál le podía llevar a Emiliano y me dijo que ni idea, agarré una que estaba en un punto medio entre la más cara y la más económica. Luego pasé por el sector del pelo, se me estaba por terminar el acondicionador y elegí un pote gigante de Garnier, ya había probado la de palta y la de aloe, me gustaron, pero me llevé la de banana para ver qué onda. Lo que más me gusta de ese producto, además de su tamaño familiar, es que la podés usar de muchas cosas: acondicionador, crema para peinar, tratamiento, me encanta que una cosa tenga muchos usos. Camino a la caja noté que habían repuesto el aceite de limpieza corporal marca Farmacity, que estuvo en falta los últimos meses. En casa estuvimos usando el de Eucerín, que es bastante mejor pero también vale como dos mil pesos, y el de Farmacity sale trescientos y pico, así que me llevé tres. Cuando era chica mi mamá tenía uno de Natura, de un olor riquísimo, yo se lo usaba a veces pero no lo entendía, me parecía mucho más práctico el jabón común. Hace poco leí que el aceite es mejor porque respeta el PH de la piel, que es cinco, y el jabón en cambio suele ser neutro. Como con todo, elegí creer.


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