3.10.13

un día a la vez

día a día uno realiza ciertos esfuerzos. pequeños logros cotidianos. están los que hacen abdominales, los que decidieron dejar de fumar, los que hacen dieta. yo me enfrento principalmente a dos desafíos. el primero, una decisión alimenticia muy fuerte: hace poco más de tres años dejé de comer casi cualquier tipo de carne (y digo casi porque con el pescado cada tanto hacemos excepción). a mí, que comía asados todos los fines de semana, no me es simple. un cambio entero de paradigma. el segundo es un poco más complejo: hace poco menos de dos meses te dije que no quería volver a verte nunca (siendo nunca ese adverbio tan comprometedor). no me considero una persona especialmente consecuente (digo, hago y deshago con una intensidad y una facilidad absolutamente ridículas), pero lo cierto es que lo cumplí. un día a la vez, me repito, copiando algún tipo de imaginario que me remite a lo que es querer mucho algo y elegir no hacerlo. desde que no como carne las cosas sólo mejoraron, me siento mejor. desde que no te veo más, también. me pasa que, haciendo zapping, caigo en algún programa de cocina donde veo doradas milanesas o unas albóndigas increíbles. me hace algún tipo de ruidito la panza y yo sé que me están pasando cosas adentro. "un día a la vez". a veces paso por los barcitos de almagro o por la esquina de gallo y santa fe; un terremoto de imágenes y recuerdos me ataca y no hay nada que pueda hacer. el fuego mítico que empuña, el poder de tu presencia; los pájaros. el daño a veces es irreparable: vos fuiste único y hermoso y también una daga que generó heridas en todas partes. cuando duele uno aprende. "un día a la vez" y en la vida real funciona. el asunto está en el dormir: si la semana tiene siete días, cinco sueño con vos. cuando dormir se convierte en pesadilla diaria. y no hay nada que pueda hacer. por ejemplo, desde el lunes que estoy en cama porque la fiebre atacó y esas cosas que me pasan en momentos de debilidad. desde el lunes que cada noche y cada tarde (las tardes son las peores), sueño que estoy sentada y enfrente mío hay un plato, va variando, pero es carne picada, o trocitos de pollo, o tiritas de asado mezcladas con alguna otra cosa. yo como de ese plato y es todo muy confuso. después aparecés vos, me das la mano, nos besamos y salimos a pasear. y nuevamente es todo muy confuso. al rato me decís que no, que te tenés que ir, que tu novia te está esperando, y te vas. aparece ella, se dan la mano y se van, felices, se alejan. y yo me quedo ahí, con mi plato a medio comer y las manos completamente vacías. me despierto, llorando. un día a la vez pero qué sentido tiene si todo lo que me esfuerzo se derrumba cuando me voy a dormir. pienso en hacer terapia, pienso en volver a comer carne, pienso en llamarte y mandarte a la reputísima madre que te parió. en lugar de eso, pasan otras cosas: escribo desordenadamente en este blog, compro hamburguesas de quinoa, me paso los viajes en colectivo pensando por qué elegiste mentirme. no tengo respuestas. me enfermo, tengo fiebre, la piel se me brota y no voy a la dermatóloga porque sé que son alergias que únicamente me dan a la noche y desde que ya no duermo con vos. perdida entre todo esto, pienso en las señales que el cuerpo te da. "un día a la vez". respirar, apretar enter, y publicar. 

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