1.9.12

pibitos que saben

- ni que fuéramos a jugar al ping pong-, me dijiste. igual insistí en que te quedes, pero te negaste.- sabés, la diferencia entre los 22 y lo 26- me mirabas a mí pero también a él - es que a los 26 no esperás hasta las 6 de la mañana para irte a donde querés y con quien querés-. me sostuviste los ojos; de verdad no me acordaba lo perfecta que es tu cara cuando jugás a ponerte serio.
entiendo que mi error esa noche fue no saber lo que en realidad ya sabía: tenía que irme con vos en ese momento. y tu acierto, el llamado salvador de las 6 am. y que la moraleja de todo esto es que la edad a veces es sabia.
menos corazón y más instinto, nena.

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