siempre te dije que
la única vez que iba a ir a despedirte a ezeiza
iba a ser aquella que fuera
definitiva:
si no te voy a ver más
estimado rey de la cabina,
quiero poder grabarme
en los ojos
el pájaro gigante
que te está
alejando de mí
mi reloj me dice que
siendo el día 27 de agosto
del año dos mil doce
faltan exactamente
ciento trece días
ciento trece días y vos
fénix blanco que se eleva
para no volver jamás
el fin del mundo llega
y vos cruzando el paralelo
y yo
como siempre
del lado de acá
vos,
Ulises posmoderno
anunciandome
la era del hielo
inminente
el mes trece
vos, inquieto
querés más
y me decís:
que faltan ciento trece días
para que esa imagen
de la que hablamos tantas veces
se cumpla:
a mí
que los aviones no me gustan
pero las despedidas menos
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