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Lucrecia baja las escaleras corriendo; tiene 11 años. Lleva una vela. Cuando le faltan tres escalones, se tropieza con el flojo y se le cae la vela. Ella hace equilibro y consigue mantenerse en pie. La vela en el piso se apaga.

LUCRECIA: (hablando rápido) Me manda Flor a ver si acá hay luz y si saben si va a volver y si saben si enfrente tienen y si mandaron a alguien a ver los fusibles y no me acuerdo qué más.

MIRIAM: Hola luli
MAGDA: Ay, ¿no te parece igualita a Vero a su edad?

MIRIAM: Idéntica. Y con ese espíritu salvaje y ávido de travesuras.

LUCRECIA: (insiste al ver la reacción) Me manda Flor a ver si acá hay luz y si saben si va a volver y si saben si enfrente tienen y no me acuerdo qué más.

MAGDA: Después te tengo que contar algo de Vero.

MIRIAM: ¿Qué cosa? ¡Contame ahora!

MAGDA: No, no puedo (con la cabeza apunta a Lucrecia repetida y exageradamente).

LUCRECIA: (gritando) ¡Dije que me manda Flor a ver si acá hay luz y si saben si va a volver y no se qué más!

MIRIAM: Jesús, cómo grita esta nena.

MAGDA: Es que también, viviendo tan cerca de Flor, yo también gritaría así

MIRIAM: Ay, no digas bobadas

LUCRECIA: (se pone roja al gritar; espacia cada palabra) ¡Flor quiere saber si hay luz!

MAGDA: Ay, nena, ya te oímos

MIRIAM: ¿Pero no te das cuenta de que acá no hay luz?

LUCRECIA: (recuperando el aire, notando que gritó de más, casi disculpándose) Ah, pero, pero, perdón, yo decía, si sabían si…

MIRIAM: No, luli, no sabemos nada; la luz viene y va, es una de esas cosas sobre las que no hay control.

LUCRECIA: Pero…

MIRIAM: Mirá linda, decile a Flor que cualquier cosa que necesite hacer con la luz ahora que la haga mañana, que ya va a volver la luz.

LUCRECIA: Pero…

MAGDA: (sobreexaltada) ¡Luli! ¡Dale, andá!

LUCRECIA: Pero…

Lucrecia se calla, las mira. Mira a ambos lados. Levanta la vela que se cayó y sube las escaleras corriendo, haciendo mucho ruido al irse. Se oyen gritos a lo lejos, muy bajo.







(si alguien lee esto no lo va a entender, excepto el escritor, a quién le mando saludos, claro, y le digo que me impresiona lo muy transparente que resulté ser, entonces).