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Lo malo de no tener absolutamente nada para decir, o, mejor dicho, querer decir algo desesperadamente y no encontrar palabras, que las palabras no te encuentren a vos, que la vos se encuentre completamente perdida en ese mundo que solía ser el papel, el lápiz, el teclado, lo que sea, lo que sea.

Lo malo de tener tantas cosas para decir pero que esta tenencia se quede flotando en un espacio-tiempo al cuál el lenguaje no puede acceder; y entonces buscás otras cosas, sacás fotos, grabás, dibujás, pintás, pero nada te llena, nada como aquellos tiempos donde todo era tan fácil cuando había espacios en blanco, era tan fácil llenarlos, volcarte en ellos, era tan fácil.

Lo malo de que las cosas se hayan partido en dos. Creíste que no podía pasar, pero pasó, lo inesperado (siempre) pasó: y ahora qué, querida, ahora qué. Algo va a caer. (alguien va a caer).



- Taxi!