La situación, así como la veo desde acá, está extrema, si es que algo como un extremo o un medio puede definirse o definirnos, a todo esto.
Hay pocas ganas visibles pero a la vez, te escribo. Te escribo casi como si fueses ese amor perdido con quien me comunico de la manera posible, a quién saludo desde un olvido, desde un futuro que avanzó que, como tal, nos lleva al inevitable olvido. Te escribo como a un alguien que no puedo ver ni tocar pero su presencia aparece de tantas otras maneras, yo las voy reproduciendo en cada pedazo de Buenos Aires que se me atropella en tardes como esta. Te escribo con la distancia que no existe pero tan bien podría existir. Y qué de esa distancia, qué de todo eso que quizá esté esperando, hay una lluvia que no se detiene y yo sigo caminando con un paraguas roto. La felicidad es tan otra cosa, lo sabremos el vos y la yo; no nos somos obligados. Ya me he preguntado mucho a dónde va todo eso que fue; lo llevamos encima, cariño. Mi espalda pesa y los párpados también, pero es todo parte. Es todo necesario y bien recibido. Lo es, aún cuando sea hora de que ya no lo sea (en estos tiempos donde todos parecen apartarse, por qué habríamos de ser la excepción). Pero, y sabrás, jamás me retiro sin una última batalla que, espero, te encuentres en forma para pelear conmigo.
Suya,
Florencia.
5 comentarios:
debo investigar más antes de emitir un juicio sobre lo escrito aquí.
pero la formalidad es bastante " ".
e.
Los italianos tienen eso...no se sabe como pero siempre se quedan con el corazón mas cerrado...
Amen Porchia
Por ser la primera vez y haber entendido poco de este post voy a hacer un par de pares de preguntas...¿los buñuelos nacieron en España? ¿son tipica comida francesa? ¿sos casualidad? ¿sigo durmiendo?
un beso, supongo.
te deje un presente en mi blog, pasa a retirarlo cuando gustes
es que ahora somos así, por pedacitos, y el post de arriba me da fiaca y este, ojala te hayas encontrado con el lo vos por ahí...
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