El innombrable: ...

Querido y no tan querido:

No te asustes por el formato, esta carta no se extenderá muchas más líneas de las que ves. Tampoco quiero que te encuentres atemorizado hacia la lectura de las mismas, no habrá sentimentalismos ni reproches (los primeros los encerré en una cajita en lo más deep deep de mi estómago, los segundos se anulan en el instante que levantás la vista y me mirás, de cerca me mirás). Decirte, también, que no hay motivo concreto de esta escritura, no hay razón, finalidad, suficiencia. No hay nada de eso, como tampoco hubo nada de lo otro. Fue tan limpio de la otredad como de días de lluvia, terrazas, barcitos o esas cosas que se hacen cuando el uno y la otra se acercan en un quesíqueno. No hubo ni hay, no, pero quedó este síndrome de pretérito inconcluso. Como todo lo que me amontona sobre mi misma, intentare aplastarlo y comprimirlo hasta que, conforme, se encierre dentro de un único glóbulo rojo de mi sistema. Lo haré como vos ya lo hiciste, lo haré y desparramaré la última lágrima sobre la tapa de un john y un paul, la última de poquísimas que osaron aparecer.

Nunca pierdes, repites vanamente. Nunca pierdes. (sont les mots qui vont très bien ensemble).

Atte.

Flor