para darme ánimos en la ida o vuelta al y de laburo, me repito a menudo, y desde hace años, tres escenas imaginarias:
yo frente a mis compañeros dando mis últimas palabras antes de irme de esta oficina para siempre
todas nosotras en el congreso, extasiadas, festejando porque es legal. me quiebro en llanto, me abrazo con mis amigas, con mis hermanas.
la caminata del primer piso al patio, del patio a las afueras de la facultad, abrazando a mis padres porque se terminó, ya se terminó.
a veces intento forzar la escena de un reencuentro con vos, pero ahí no hay alegría, ahí no hay desahogo. hay dolor, hay confusión. intento saber qué te voy a decir, pero aparece un hueco oscuro lleno de rocas.
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