16.3.18

crecer los dos

te acordás cuando te dije
que creía que era alérgica a la lana
todos los pulóveres me picaban y
me salían unas ronchas
grandes y rojas
por toda la espalda.
vos me dijiste qué mal
ser alérgico porque
todas las cosas buenas
tienen lana, me dijiste
yo te miré, tenías puesto un suéter
que le habías robado a alguien
casi toda tu ropa
era robada
nunca entendí si eso me gustaba o
me ponía ansiosa
esperando el día que decidas
quedarte con una prenda mía.
usar la ropa de la persona que nos gusta
es también una promesa de amor
ese invierno me compré
un buzo o dos
para poder enfrentar
el frío
de mi nuevo estado sentimental:
alérgica a la lana y lejos de vos.
miento cuando digo que no, porque
sé exactamente cuándo nos separamos
a pesar de luego continuar
ese nado contracorriente
que era seguir viéndonos
tensos, sin darnos siquiera
un beso
o las manos.
nunca supe bien tampoco
qué tan juntos
estuvimos realmente
a veces pienso que ninguno sabía
tanto del otro
si estábamos felices o
qué cosas eran motivo
de nuestras angustias
cuáles eran nuestras fantasías
más oscuras o
nuestro gusto de helado favorito.
es que es tan importante saber
lo que nos causa placer
y angustia
en ese orden, ¿no? 
placer y angustia
éramos chicos y poníamos la ansiedad ante todo
hoy, años después, que sé un poco más
lo que quiero y lo que no
hoy que sé que aguantar, nunca más
que el amor de baja intensidad no sirve
porque no existe
hoy, frente a este invierno
que todavía no, pero pronto,
mi cuerpo reacciona
a agentes patógenos tanto más difíciles
que un tejido
te pienso y, yo no sé, realmente
cuánto daño nos hicimos,
porque el acuerdo fue que bastante
que el suficiente
pero entonces qué rara es
la nostalgia a veces
que de todo aquello
de todo ese manto de deseo y oscuridad
que fue quererte
hasta que duela
hasta que golpee
de adentro para afuera
quedó
la textura de tu cuerpo
por encima mío
transpirando un montón
la tranquilidad de cruzarte
sin querer, en la calle
siempre
y abrazarnos
tan cálidamente
como los hermanos
que ahora podemos ser.
crecimos, lo suficiente
para entender, ambos
por igual
que las mejores cosas a veces
no son de lana pero
que si el cuerpo reacciona,
hay que irse.
y que el amor
y que el amor
de baja intensidad
no sirve
porque no existe.


No hay comentarios: