cuesta, casi siempre
caer, con los ojos cerrados
de espaldas
las más de las veces, creo
que abajo no hay nada
que abajo cemento, precipicio
espinas,
traición
vos tampoco porque
la huida o la expulsión
mi amor,
la libertad es fiebre
y yo,
que te daba por muerto
pero entonces
esa noche
que soñé
con hospitales, ecógrafos y
me desperté, tan de golpe confundida
estabas muy cerca y muy lejos
detrás del mundo
te oí, la respiración
te miré a los ojos
aún cerrados
supe,
aún despertando
con los primeros rayitos de sol
pegándote
en el pelo
él, sí, él
hombre de todos los hombres
rapaz ave nocturna
volando bajo y gimiendo grave
él, sí, él
padre de mis hijos
mano que sostiene
cuerpo que acompaña
él, sí
él
es él.
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