6.1.15

decálogo cardíaco

1. en algún momento entre noviembre del 2000 y marzo del 2001, en el entrepiso de la casa que con mi familia de entonces ocupábamos infelizmente, sentí por primera vez una puntada desde la boca del estómago hasta la garganta. mamá y papá peleaban con los brazos medio piso más abajo, mi hermanita, que apenas había dejado los pañales, lloraba en un rincón desconsolada. con el impulso de la puntada aguda me asomé por la escalera y grité con una fuerza que venía muy de adentro. toda la casa hizo silencio y mis padres finalmente se soltaron. inmóvil, me quedé mirándolos mientras me agarraba el cuello: algo latía rápido y a destiempo.
2. el 6 de marzo del 2005, a 2 días de cumplir 18 años y a un mes de haber dormido con él, recorrí el pasillo que separaba mi casa de la vereda, y a él de mí por lo que restaban de los próximos meses. le abrí la puerta, caminé despacio a mi cuarto y me dejé caer sobre la cama sintiendo lo que era que me dejaran por primera vez. volví a sentir la puntada en la garganta: rapidísima, anacrónica, antinatural.
3. la noche del 22 de mayo del mismo año, papá llamó a mamá a las 2 y media de la mañana porque "florencia está mal, está nerviosa, con mucha taquicardia". acurrucada en mi cama, me agarraba fuerte el pecho que sentía galopar intermitentemente en todo mi cuerpo. a los días me enteré que esa misma noche, él se puso de novio con otra chica. fue la primera vez que me medicaron.
4. me diagnosticaron arritmias cardíacas. igualita a mamá, casi la misma edad. la medicación era leve, pero afectaba lo mismo. empecé a dormir sin sentir nada, despertarme sin sentir nada. el colegio se complicó, me costaba no quedarme dormida en clase. fue para mejor: de esos meses recuerdo poco y nada. 
5. los chicos no me lo decían, pero también lo pensaban. las coincidencias entre mis arritmias y algunos hechos particulares eran, por lo menos, sospechosas. él dejándome, él besando a otra chica, él sellando una relación. flor sintiéndolo todo. nadie hablaba en serio del tema, porque en el fondo éramos muy poco creyentes: de lo paranormal, de lo que nos excede, de lo que está del otro lado del vidrio de la ciencia. hacíamos chistes porque no podíamos tomarlo como real. ni siquiera yo misma.
6. ya me estaba cansando de ser una planta, pero la cosa no estaba resuelta todavía. en realidad nunca iba a estarlo, pero seguimos viviendo igual, queriendo igual. una tarde de junio de mucho frío lo conocí a goyo. esa noche suspendí la medicación. nunca más.
7. una fiesta, dos fiestas, recitales, miles. a la tarde, boedo, a la noche, almagro. cerveza, porro y poesía: era tan obvio como efectivo. pero me salvó la vida igual. lo voy a querer para siempre.
8. nueve años más tarde entendí que no puedo deshacerme de mis mañas. al amor lo siento en las costillas, al dolor: en la garganta. no sé si lo voy a querer toda la vida, no sé si lo voy a llorar los restos siempre. hoy sé esto: galopantes retumban las palpitaciones que la mayoría del tiempo no busco pero ahí están.
9. la primera como tragedia, la segunda como farsa. todavía espero la máscara. el disfraz. el compás de la batería que nos haga reír a todos. nueve años más tarde te vas, se reconstruye frente a mis ojos la figura de una mujer que me quitará el sueño. cada ataque arrítmico pienso: será o no será, pero ya da lo mismo. somos demasiado trágicos como para imaginar un poco de magia en todo esto y demasiado falsos como para comernos la historia de los lazos para siempre.
10. la diferencia es que esta vez elegí la sobriedad. las consecuencias de querer sentirlo todo: si antes cual bella durmiente del clonazepam me entregaba dulcemente, hoy es la angustia, el despertar agitado. las pesadillas en loop que se meten una adentro de otra. cada noche sueño con tu cara y con su cara y me despierto llorando desconsolada. los intentos diurnos, los fracasos nocturnos, pienso. a veces veo a mis padres, que no me entienden. a veces lo veo a goyo, que sigue siendo mi único héroe sin saberlo. cuando no queda nada, escribo. las palabras es todo lo que tengo para salvarme la vida.


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