Te fuiste, volviste, te volviste a ir.
En lugar de mensajes grabaste
en el contestador unas canciones
que debíamos descifrar, pero
te olvidaste de que el vigor
de un signo compuesto
a las seis de la mañana
no puede interpretarse igual
a las nueve de la noche,
y yo leía indiferencia donde había amor
claridad en el agua turbia de un pantano.
Martín Prieto, en Baja Presión
(y así estamos, leyendo a los otros, abriendo los ojos, tratando de entender un poco todo)
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