25.7.13

el día fuera del tiempo

me di cuenta que hoy era hoy mientras trabajaba con mi coordinadora, las dos en su computadora. como no puedo evitarlo, lo menciono y termino explicándole qué es. a veces no sé si me entiende o solamente tiene muy practicada la cara de "te estoy escuchando". pienso en mi infancia y las caras de mis padres (de mi mamá, sobre todo mi mamá) cuando yo, charlatana siempre pero nunca en casa, le contaba quién sabe qué cosas o pensamientos muy propias de mi cabecita pre púber y ella o ellos mirándome con esa cara, esa misma, la cara practicada de "te estoy escuchando", ojos bien grandes desamparados, como si el no pestañear fuera a darles unos centímetros más de comprensión hacia las rarezas de su hija (y digo rarezas). hoy no es muy distinto pero a mis veintiséis años supe construirme un piso del cuál sostenerme que no son ellos (ellos son tantos otros pisos de otras cosas). pienso que en el día de hoy mi gente se divide en dos: los que lo saben y lo recuerdan y los que no. no sé qué pensaba hace un año, y es raro reflexionar sobre el paso del tiempo en un día que se dice fuera de él. sé que el 2012 fue un año bisagra que sostuvo su ángulo de 90 grados más o menos por estos días, en el cambio de año, pero yo estaba tan agitada con las cosas que sucedían que seguro que no pude hacer esta asociación asombrosa. yo que tan creyente del calendario gregoriano, tan de las fechas y los números compuestos, y las cosas que se me escapan no están necesariamente donde suelo buscarlas. hace un año me derrumbaba y me construía, me sirve pensar los momentos decisivos como el movimiento de una polea: algo sube, algo baja; no pude asumir la ruptura y el tiempo pasó, como pasan los atardeceres. un año después quebré todo lo que no hice en ese momento: mi cuerpo hoy también desangra en delay. esto también soy yo llorando por vos pero vos, monstruoso minotauro del amor que todo cree poder sentir, no supiste en ese entonces ni tampoco lográs saberlo ahora: el amor no es poder darlo todo sino saber transformarlo todo. amor camaleónico antes que heroísmo griego.     mañanas de sol antes que noches de guerra. porque ahí está la verdadera lucha: cambiar la piel, cambiarla juntos, vestirnos de los mismos días. hoy mi cabeza intenta dejar atrás los grises, los malos hábitos, correr el eje. yo fui mi peor enemiga, mi mayor verdugo. hacerme cargo y realizar el giro 360 en las puertas de un nuevo ciclo. haberme reencontrado con todo eso que también estoy sintiendo y me está haciendo temblar cada y uno de los cimientos sobre los que creí que estaba parada con firmeza. todo se derrumba alrededor nuestro (y digo nuestro) y estoy absolutamente lista para poder caerme: abajo del precipicio, para mi sorpresa, estás vos (premeditado o no, pero ahí estás, le dimos la vuelta a las cuatro estaciones, casi sin querer). y el amor, así, en esa dósis: saber sostener, saber soltar.

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