11.11.12

gira 360º

8 am.
dudosa vuelta a casa.
bajo, tambaleando, del 24.
el domingo está en todos lados,
pienso,
y es un día hermoso.
camino por la vereda del sol.
enfrente, una chica.
rubia, tacos, pollerita.
quietita en la esquina.
recuerdos de consejos maternos: "flor nunca te pares en una esquina".
 la miro, habla por celular.
la miro de nuevo: llora desconsoladamente.
me mira. le pregunto: "¿estás bien?"
me responde que no con la cabeza
"¿necesitás algo? ¿qué te pasó?"
sigue llorando y me llama con la mano en señal de que cruce.
me aventuro, esperando lo peor.
"¿qué te pasó?" vuelvo a preguntar, ya más alarmada.
entre llantos, con los ojos completamente desorbitados, me pregunta "¿a vos qué te pasó?"
sonrío un poco por la pregunta, y le digo "nada, estoy volviendo a mi casa".
se ríe porque me río.
le vuelvo a decir "¿segura estás bien? ¿no necesitás nada?"
niega con la cabeza, sigue llorando.
"¿estás re borracha no?" le pregunto ya riéndome un poco más.
asiente con la cabeza y me pregunta "venís de la creamfields, ¿no?"
con una lucidez inesperada le digo "no, pero de una gira parecida"
se ríe cómplice. le digo "bueno, ¿llegás a tu casa entonces? ¿te va a venir alguien a buscar?"
"sí", me dice, y me toma la mano. "gracias, muchas gracias"
nos miramos a los ojos.
pienso, esta fue la complicidad más importante de mi noche-día.
pienso de nuevo, mientras le suelto la mano: tengo lentes negros, claro que no nos miramos a los ojos.
me voy, ya no tambaleo.
ya no tengo sueño.
pienso en las drogas, y en que le tendría que haber dicho: "sí, ya lo sé.
no pasa nada. tranquila. tomá mucha agua".
entro a casa: acá también hubo una fiesta.
el piso sigue pegoteado,
ninguno lavó los vasos todavía.
derecho a mi habitación, me saco toda la ropa, la dejo en la silla con cuidado, para que se airee.
remera gigante, botella de agua, cosito de avión para taparme los ojos.
(florencia, las cortinas, la puta madre, poné las putas cortinas).
me acuesto, todo es violeta, sé que voy a escribir esto.
sé que no voy a poder dormir.
sé que me salió todo bien porque morí, resucité, llegué a la fiesta.
bailé, y claro que seguís siendo el chico más lindo del lugar.
siempre.
nuestros estimulantes son distintos
y sólo se encuentran
en la pista de baile
como nuestras manos, como nuestras caras, como vos hablándome al oído.
es que cuando elegimos drogas diferentes, dormimos en camas diferentes.
por más que nos miremos así, todo lo que reste de la canción.
nunca vas a leer esto.
sólo sos lindo.
esa es la mejor parte.
el mundo necesita
más gente como nosotros:

a los saltos con talking heads
rescatando pibitas rubias a las 8 am.



No hay comentarios: