A falta de psicólogos estuve pensando en muchas cosas que sólo pienso porque no voy a uno de ellos. Elaboro cuadros sinópticos sobre métodos que podrían suplantarlos. Una especie de mecanismo de supervivencia cerebral. Estuve pensando que: a)El extrañamiento es una sensación que uno tiene hacia uno mismo. b)Constantemente alimentamos la tentación hacia la trascendencia. c)Siempre nos resultó dificil aceptar nuestrar condición natural. d)Nunca se pudo luchar contra la desaparición. Corrijo: siempre se ha luchado, pero nunca se podrá vencerla. Es nuestra condición de seres vivos y la resistencia a entenderlo. Es así, la gente se muere y poco a poco vamos olvidándola. Naturalmente es así. Sólo que ahora nos gusta obsesionarnos. Entonces, continúo pensando, debo materializar esos pensamientos carnívoros que avanzan lentamente por mis vértebras. No es un arte alegre, no puede serlo. Funciona como cicatrizante. ¿Debemos recordar hasta el cansancio o exorcizar los recuerdos que nos persiguen? ¿Debemos sacarnos esas imágenes de la cabeza de una vez por todas? ¿y ponerlas en el papel? ¿en la pared? Que circule, fuera de nosotros esa imagen insoportable. Todos tenemos un modo de hacer insoportables nuestras imágenes. Cada uno tiene un propio mecanismo de obsesión. Y para hablar de la obsesión hay que tomar todo en términos absolutos, catárticos. Cada uno tiene su propio modo de hacerse insoportable. La fotografía en mí es la condensación de la memoria y eso es lo que me obsesiona y me hace insoportable.
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