21.3.12

el otoño.

son muchas las veces en las que pensé que con el tiempo y las malas experiencias me había vuelto una insensible. que ya no sentía nada, o lo que sentía eran cosas pequeñísimas, insignificantes. nada como el amor a los 20 años. pero están esos momentos, totalmente aleatorios, en los que sé, y lo sé muy pero muy a fondo, que eso no se fue, que sigo sintiendo (te sigo sintiendo) con una adrenalina que me recorre desde la punta de los pies hasta la garganta, y no puedo no pensarte, no puedo otra cosa que no sea acordarme de todo eso que fue quererte. y soy capaz de volver a llorar en un colectivo, ahora que el frío está queriendo aparecer, pero cómo explicarte que fueron los auriculares los que dispararon, que nada tengo que ver yo, que es una canción la que me hace caminar hasta tu casa, tocar tu timbre ridículamente para contarte que anoche soñé que me abrazabas, y entonces abrazarte, pero que todo sea más frío que en mi imaginación, porque siempre fue todo más frío, y aún así yo seguir queriéndote lo mismo, pelotudamente lo mismo.




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