16.2.11

una ama de casa en apuros

è: antes de que llegara mi madre para ayudarme a sacarle brillo a tu (no) humilde morada, decidí darme con el gusto (que lo pienso desde que llegué acá) de ir a desayunar al bar tan lindo de la esquina de céspedes y álvarez thomas (qué error haberme llevado allí, baren, qué error haberme mostrado que tienen pain au chocolate). me atendió la moza linda que resultó ser muy mala moza (o estar sola para todo el local, y en consecuencia). tardó mil años en traerme el desayuno, las tostadas llegaron frías y el café con leche por la mitad. le dije amablemente que me cambie ambas cosas, pero para cuando volvió el tiempo corría (porque viste que nosotros ya demostramos que no importa qué tan temprano te levantes, aunque vos abusás del fracaso de esa regla) y el hambre ya se había ido. en mis últimos intentos por terminar el café y terminar las tostadas (dale flor, rompiste las pelotas y de premio te dieron ambas cosas en abundancia, ahora te las comés), por más que eran muchas y enormes, entró una paloma ENORME y se puso a revolotear justo arriba de mi cabeza, produciendo un desparrame de plumas y quién sabe cuántos gérmenes, bacterias y enfermedades malignas más (sabrás lo poco paranoica que soy pero come on, es una paloma, es obvio que es re mugrosa). mientras miraba al desdichado bicho golpearse una y otra vez contra el vidrio, esa trampa mortal para los alados (y los distraídos como yo, mejor no conmmemorar ese tipo de anécdotas) deseando fuertemente que no se matara porque a)no quiero ver como algo muere y b) seguro me cae en la cabeza o en la mesa o en algún lugar cerca y se revienta y sus tripas se desparraman por todos lados, qué horror, mientras meditaba si pararme y ayudarla a salir del bar (la moza se limitó a esquivarla, será miembro de ese grupo en facebook que dice que creen que las palomas se hacen las boludas pero piensan conquistar el mundo? pensé, qué ridículas cosas pienso), mientras todo eso, recordé mi desayuno, bajé la mirada, miré mi café con muchísima desconfianza, intentando encontrar ALGO evidente que me de autoridad para poder abandonarlo sin culpa. no busqué demasiado, miré a mi alrededor, miré el café, me paré, pagué, y me fui. en el camino llamo a mi madre, ya eran las 10 y algo y no había dado señales de vida. estaba durmiendo en su casa. no solamente me había dejado plantada, sino que ni siquiera se había molestado en ponerse un despertador para avisarme. si discutir con ella ya es bastante ridículo en general (persona obstinada si las hay), discutir con ella dormida carece de todo sentido. pero como yo soy cabrona no pude evitar tirarle algunas frases que llevaron, inevitablemente, a una insoportable discusión telefónica cuya resolución NO FUE POSITIVA.
traté de no frustrarme, traté de mantener la buena onda. lo primero que hice fue correr todos los muebles y ponerme a barrer, para darme cuenta que era inútil: los pelos de perro vuelan como plumas, donde barro y saco vuelan y vuelven, es así. me senté en la cama a meditar seriamente sobre la posibilidad de conseguir una aspiradora lo antes posible, mientras miraba los rayones en la puerta y me preguntaba cómo coño iba a caretearlos. entre todas estas meditaciones empezó, LITERALMENTE, a temblar la casa. martillazos que parecían de otro mundo, martillazos hechos por el mismísimo aquiles, toda tu casa temblando y pedazos de reboque cayendo por cada esquinita de dudosa pintura y dudosa construcción que este (no) hogar contiene. polvo y más polvo levantándose como si una grúa estuviera pasando por encima. sumado a esto, el martillazo de la obra de enfrente y el taladro de la obra de la izquierda, en un concierto poco armónico del cual tenía que, obligatoriamente, ser oyente. haber pasado un trapito por cada mueble o cada estante había sido para nada, volvía a caer reboque y polvo, más polvo. era inútil. todavía conservaba la calma, "tranquila, florencia, tranquila, no te quejes", pensaba. me dispuse entonces a limpiar el baño, y dejar el ambiente grande para cuando tenga una apiradora y un plumero (el cual de seguro tendría que comprar, como un cepillito que SEGURO no tenés, o un limpiainodoros que seguro tampoco, y yo que, ENCIMA, hice una pésima economía de febrero y estoy en default infinito punto rojo). me dirijí, pues, al balcón para buscar los productos que, ilusamente, pensé que tendrías.
me encontré sólo con una lavandina y un "algo" azul cremoso que aparentemente le da brillo a los pisos. MIRÁ... yo pude bancarme toda una mañana de eventos desafortunados, pero eso sí, ESO NO, eric, la puta madre que te remil parió, cómo puede ser que no tengas un puto CIF ANTIGRASA!!

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