21.2.11

two-headed boy

qué bueno que hoy puedo recordar
sonriendo
todas esas noches
(y mañanas, y tardes)
en las que vos
manija
a más no poder
te tirabas rendido
(a mí)
boca arriba
cerrabas los ojos
(con lo que costaba)
y dejabas que yo
dulcemente
te tirara aire
soplidos
de arriba a abajo
tus pelitos sobre la frente
yéndose en remolino
y no escuchábamos nada más
excepto eso
el sonido del aire saliendo de mi boca y
entrando en vos
tan inmóvil
casi tiritando
los deditos que no podías dejar de mover
los dientes
rechinando
toda yo intentando que expulses
la mierda que
tuviste la ocurrencia
de meterte

y eras como un niñito
te empequeñecías
de repente
te tenía en mis manos
te tenía en el espacio
que se formaba
entre mi boca
y tus brazos
tus hombros

y el aire
que no salía de mí
sino
que absorbía
yo
de vos
aire espeso
de tipo espeso
queriendo con todo su ser
ser uno más

no ser más ese cuerpo duro que no puede
sentir
y puede a la vez
sentirlo todo
sentir el dolor
ajeno
como propio
pero también
no sentir nada

vos queriendo ser un chico más
yo queriendo no ser y a la vez
feliz
de ser
esa chica
que te está poniendo la piel así
que te está volviendo en sí
que te está aspirando a vos
de pies a cabeza

hasta el día en que
tristemente
preferiste
consumirte,
a mí
trayéndote de vuelta
de cada viaje que,
erróneamente,
yo hubiese querido que sigas tomando
con tal de
continuar
en ese espacio que
me permitías
de heroína
de musa inspiradora,
salvadora.

No hay comentarios: