Facebook y yo
No participo de Facebook, nunca tuve una cuenta en Facebook y nunca la tendré. Cada tanto, la curiosidad me lleva a pedirle a alguna persona de mi círculo íntimo (mis hijos, mi madre, mi marido) que me deje ver tal o cual cosa. ¿Hago trampa? Como no está en juego ninguna declaración de pureza, o promesa de abstención, creo que no. Pero además, las pocas veces que me he asomado a ese universo he sentido antes aburrimiento y miedo que otra cosa.
Aburrimiento, porque me importa más bien poco lo que sucede en ese alucinado mundito. Miedo porque si participara de las deliberaciones de facebook terminaría perdiendo el poco tiempo libre que me queda.
Facebook me hace pensar en mi propia vulnerabilidad.
Por supuesto, vi La red social, esa película (basada en un libro) sobre el "inventor" de Facebook. La película es mediocre y la historia carece de todo interés salvo en un punto: todos, absolutamente todos los personajes involucrados en los sucesivos juicios a propósito de la propiedad (intelectual, empresarial) de Facebook son tan desagradables que se entiende a la perfección que de mentes tan siniestras haya salido un producto tan amedrentador, o tan estúpido. Los mellizos (remeros y conchetos) que tienen la idea original no hacen uno entre los dos. Mark Zuckerberg, el desarrollador del proyecto (desempeñado por un malogrado Jesse Eisenberg, que no podrá recuperarse por haberle prestado su antipatía al personaje), es una rara mezcla de sociópatía, misoginia, misantropía y cara de culo. Su mejor amigo y primer financista sólo quiere pertenecer a uno de esos clubes o fraternidades exclusivas de las universidades norteamericanas. Sean Parker (desempeñado por Justin Timberlake), el inventor de Napster y "villano" del grupete, es el gran manipulador de todo el asunto y el que saca a Facebook de su alcance propiamente universitario (donde funciona en un comienzo).
Y basta. La película desarrolla, como puede, dos juicios paralelos a propósito de los cuales presenta unos desabridosflashbacks que pretenden convencer a la audiencia de que hay algo interesante alrededor de esta historia y en la vida de un nerd.
Pero desde la primera secuencia queda claro, cuando la chica le dice Zuckerberg: es probable que triunfes en el mundo de la computación, pero siempre vas a pensar que las chicas te rechazan porque sos un nerd. Pero la verdad es que te van a rechazar porque sos un pelotudo. Dicho y hecho: Facebook, un invento pelotudo, no es sino la excrecencia de una mente idéntica a su deyección.*
Aburrimiento, porque me importa más bien poco lo que sucede en ese alucinado mundito. Miedo porque si participara de las deliberaciones de facebook terminaría perdiendo el poco tiempo libre que me queda.
Facebook me hace pensar en mi propia vulnerabilidad.
Por supuesto, vi La red social, esa película (basada en un libro) sobre el "inventor" de Facebook. La película es mediocre y la historia carece de todo interés salvo en un punto: todos, absolutamente todos los personajes involucrados en los sucesivos juicios a propósito de la propiedad (intelectual, empresarial) de Facebook son tan desagradables que se entiende a la perfección que de mentes tan siniestras haya salido un producto tan amedrentador, o tan estúpido. Los mellizos (remeros y conchetos) que tienen la idea original no hacen uno entre los dos. Mark Zuckerberg, el desarrollador del proyecto (desempeñado por un malogrado Jesse Eisenberg, que no podrá recuperarse por haberle prestado su antipatía al personaje), es una rara mezcla de sociópatía, misoginia, misantropía y cara de culo. Su mejor amigo y primer financista sólo quiere pertenecer a uno de esos clubes o fraternidades exclusivas de las universidades norteamericanas. Sean Parker (desempeñado por Justin Timberlake), el inventor de Napster y "villano" del grupete, es el gran manipulador de todo el asunto y el que saca a Facebook de su alcance propiamente universitario (donde funciona en un comienzo).
Y basta. La película desarrolla, como puede, dos juicios paralelos a propósito de los cuales presenta unos desabridosflashbacks que pretenden convencer a la audiencia de que hay algo interesante alrededor de esta historia y en la vida de un nerd.
Pero desde la primera secuencia queda claro, cuando la chica le dice Zuckerberg: es probable que triunfes en el mundo de la computación, pero siempre vas a pensar que las chicas te rechazan porque sos un nerd. Pero la verdad es que te van a rechazar porque sos un pelotudo. Dicho y hecho: Facebook, un invento pelotudo, no es sino la excrecencia de una mente idéntica a su deyección.*
* Quiero destacar este último y tan certero párrafo, con el cual concuerdo plenamente.
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