Ayer he recibido una carta sobremanera.
Dice que «lo peor es la intolerable, la continua». Y es para
llorar, porque nos queremos, pero ahora se ve que el amor
iba adelante, con las manos gentilmente
para ocultar la hueca suma de nuestros
pronombres.
En un papel demasiado.
En fin, en fin.
Tendré que contestarte, dulcísima penumbra, y decirte:
Buenos Aires, cuatro de noviembre de mil novecientos cinuenta.
Así es el tiempo, la muesca de la luna presa en los
almanaques, cuatro de.
Y se necesitaba tan poco para organizar el día en su justo
paso, la flor en su exacto linde, el encuentro en la precisa.
Ahora bien, lo que se necesitaba.
Sigue a la vuelta como una moneda, una
alfombra, un irse.
(No se culpe a nadie de mi vida.)
-salvo el crepúsculo. Julio, claramente.-
(vos también recibiste una carta sobremanera. y yo la quiero conmigo por puro capricho, por puro amor a lo material, tenés que dejar de tener 20 años por un momento, asomarte y decirme "vení, tomá, para vos, a vos que te gusta la propiedad privada, tomá:". el asunto es que vos pensás que yo te quiero y, todo lo contrario. seguí jugando, es gratis, como las cartas, como los 20 años, como el amor material)
1 comentario:
este tipo escribía.
pero lo que detesto a veces es que escribía tan.
estas cosas son las que tenés que seguir rescatando acá.
è.-
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