13.4.10

ágaetis byrjun



"- Hermana- le dijo mientras se fumaba los restos de ese cigarro mal armado- tenés que amigarte un poco con vos misma. Estás enojada, llena de ira, que por suerte reprimís, no andás por ahí flagelándote. Pero sacala porque te va a consumir, te va a llenar de veneno y no queremos eso. Yo sé, estuviste mal, te equivocaste, elegiste mal. Pero estás viva, hermana, estás viva.
Escuchaba lo que decía mientras miraba la lluvia caer con energía, como liberándose de algo o alguien. La lluvia eran mis brazos.
- Sí... elegí mal, por sobre todo. Elegí a la gente equivocada. Pero es cierto, estoy viva, y estoy tan feliz de estar viva y de no ser ellos, que van como caracoles arrastrándose en su miseria, con perdón de los caracoles, esas criaturitas de la humedad. Pero en cierto punto sus fracasos fueron mis fracasos, casi como una madre, como si fuesen mis hijos, mis creaciones, dios quiera que no, pero casi como si lo fueran. También yo era parte de ellos, había pedazos de cada uno de ellos en mí. ¿Te vas a fumar ese cigarro o no? - la ceniza le llegaba casi hasta los dedos. Me lo pasó, aspiré el humo y la lluvia comenzaba a ponerse diagonal, nos mojaba los zapatos y las narices. Hacía un ruido estrepitoso, como cientos de radios intentando sintonizar.
- ¿Sabés qué fue lo último que me dijo? - Me miró interrogativamente, mientras armaba otro tabaco. - Me dijo que necesitaba verme. Que quería hablar.
- Ah, ¿si? ¿Para qué?
- Para que la insultara. Para que me descargue con ella, le diga todo lo que no le dije en su momento.
- Uf. ¿Qué le respondiste?
- Yo no tengo ninguna intención de insultar a nadie. A mi insultar no me sirve, el insulto es inmediato, es una reacción contra algo, es la agresividad que reemplaza a una ausencia que no reconocemos. Es la imposibilidad de poder decir o ser lo que se está quieriendo ser. El insulto es violencia: el arte de no necesitar nada. Uno arroja lo que no tiene, contra lo que no quiere ni desea tener.
- Pero qué le respondiste.
- Que si quiero o no insultarla es un problema mio.
- Ella cree que también es de ella.
- Sí. Eso me dijo. Pero, honestamente, a mí me importa un bledo lo que ella necesite. Si necesita que la insulten, que la maltraten, que la golpeen, que se lo consiga sola. Yo no voy a ser complice de la agresividad de nadie. Necesidades son otras. Necesidades es no tener para comer, para dormir, no tener control de tu cabeza. Ella tiene un séquito de boludas para eso, que cada vez que se manda alguna de las suyas la aplauden o lloran con ella. Por suerte no soy una de ellas. Me enorgullece no ser una de ellas, me enorgullese aún más no rodearme de gente como ella. Que se vaya con su complejo de víctima a otro lado, lo más lejos posible, vos bien lo dijiste, esas son cosas que envenenan.
- Y qué le respondiste.
- Supongo que nada más. Me dijo algo acerca de que me creía otra clase de persona.
- Que por suerte no sos.
- Por suerte no lo soy. No, por suerte no, gracias a las elecciones que tomé y los caminos por los que opté que me llevaron, de alguna manera, a ser quién soy. Y no, no soy esa persona. Cuánta felicidad me da no serlo. Que se crea capaz de juzgarme todo lo que quiera.
- Vos ya fuiste tu peor juez. Sabré yo lo que te torturaste. Lo que lo seguís haciendo, en el fondo, detrás de esa sonrisa de gato de Cheshaire y de esos ojos vidriosos de tipa dura.
- Caso cerrado.
- ¿Y él?
- ¿Él quién?
- ...
- Ah. No sé. Muerto tal vez. O perdido, que viene a ser lo mismo.
- La cocaína.
- Y si no es eso sería otra cosa. Todo el mundo en la ciudad es un suicida. Él quiere una herida. Porque sangrar es tan fácil a veces.
- Drogas duras en tipos blandos ahuecan corazones.
- En fín, un héroe del whisky más, al final. Un tipo más a quién le rompieron el corazón, simplemente eso, un tipo sufrido más."



(Fragmento de Cúmulus Nimbus)

1 comentario:

Eric B. dijo...

dale che, poné más fragmentos, si tenés o si querés.